Recomienda la banca tener cuidado con créditos en 2017; será un año difícil

La marca de los meses por venir son la prudencia en el manejo del crédito y una dosis de incertidumbre respecto de la concreción de proyectos que, apenas hace poco, marchaban. Es la percepción que tienen los directivos del Banco del Bajío, una institución especializada en financiamiento a agronegocios y a empresas medianas y grandes, que tiene su sede en la región de mayor crecimiento económico del país en los años recientes.

“El crecimiento en el crédito es un termómetro de la incertidumbre”, dijo Joaquín Domínguez, director ejecutivo de finanzas y tesorería de la institución. La situación económica de México, el relevo político en Estados Unidos y el cambio de ciclo hacia tasas de interés al alza son factores que hacen que algunos proyectos de inversión calificados para ser financiados por el banco estén en espera, apuntó en una entrevista con La Jornada.

La palabra que resume el panorama de los negocios para los siguientes meses, apuntó Joaquín Domínguez, es prudencia.

“Si la prudencia dice que nos tenemos que esperar tantito a que haya más certidumbre, así lo vamos a hacer. Si los proyectos de los clientes son muy firmes en términos de que ya tienen mercado constituido, pedidos hechos, etcétera, no hay motivo para frenar las cosas. Pero la clave es un manejo prudencial y una muy abierta comunicación con los clientes para que no tomen riesgos desmedidos”.

El Banco del Bajío, con sede en León, Guanajuato, tiene presencia en 28 entidades del país. En estos momentos de incertidumbre, expuso Ramón Velarde Moreno, director ejecutivo de banca comercial de la institución, los bancos deben actuar como “verdaderos asesores” de sus clientes.

“Amén de lo que pueda ser un negocio para el banco, las instituciones deben asesorar con mucho profesionalismo a las empresas. Si una empresa se va a endeudar en dólares, es porque efectivamente genera dólares; de lo contrario sería una irresponsabilidad porque si se viene un movimiento el cliente va a incurrir en un problema”, dijo.

Con el cambiante entorno económico y político –ante el relevo en la presidencia de Estados Unidos– el Banco del Bajío se encuentra en una región altamente conectada con la actividad industrial estadounidense. Y por esa conexión, que va de la industria automotriz a la electrónica, sus directivos toman pulso cercano a las expectativas de los empresarios.

“Finalmente, el crédito es un termómetro muy importante de la incertidumbre” que existe. “Esa incertidumbre se ve en que algunos proyectos de inversión que se tenían calificados para ser financiados por el banco están en espera, en stand by. El efecto viene en el menor crecimiento. Los proyectos que hoy están en marcha fueron analizados, no en función de si se daba un entorno económico u otro, sino porque ya tenían méritos por sí mismos, fuentes de recuperación y ventas pactadas, que hacían un crédito sano. Hoy, con el elemento de incertidumbre, es difícil decir cuánto se va a crecer, porque va a depender de cómo evolucionen las cosas y cómo las vean los empresarios”, dijo Joaquín Domínguez.