El ciudadano fuera de los discursos de candidatos

Los tres discursos que hemos escuchado hasta ahora en los registros de tres competidores por la silla de Paseo de la Presa en Guanajuato capital, son harto reveladores si se toma en cuenta que la primera impresión es la que cuenta y si, en todo caso los encargados de la comunicación asertiva de los candidatos, tomaron en cuenta que la primera impresión es la que más vale y la que se posiciona mejor.

Este fin de semana fueron tres los registros oficiales que se dieron ante el Instituto Electoral del Estado de Guanajuato (IEEG) y otro más ungido por la cúpula de Morena. En los discursos de fin de semana se han privilegiado el rencor, revancha, coraje, enojo, virulencia y, sin embargo, no se ha volteado a ver al verdadero origen del poder que somos los ciudadanos.

La mañana del sábado el ex panista Ricardo Sheffield enfundó su verdadero yo, su propósito y la causa que le acompañará durante su campaña: me tienen miedo en el PAN, habría sostenido. En comunicación la forma es fondo y, desde lo más profundo de su corazón azul lo que lo colocó en Morena no fue sino una venganza contra el PAN. Así el discurso que envió.

Y es que Sheffield Padilla sabe bien que abanderará no la causa ciudadana, sino al panismo resentido que sin duda alguna, habrán de querer cobrar una venganza -como lo han desvelado ellos mismos en sus redes sociales- de la mano de sus nuevos padrinos: Morena-PT-PES-JMOR (Juan Manuel Oliva Ramírez)-FTG (Fernando Torres Graciano) según el mismo equipo de Sheffield se ha encargado de exhibirlos. El receptor del mensaje era un partido político, una clase política.

Otro de los discursos que se escuchó fue el del candidato a gobernador por el PRI, Gerardo Sánchez García. Quiere ser gobernador para meter a la cárcel a los corruptos. Muy bien. Si ese fuera el verdadero propósito, gobernar basado en una cacería de corruptos sin duda alguna que le será muy complicado.

Habrá de establecerse que el discurso tiene un remitente específico, pero si se tienen tantas evidencias y si se tiene tanto valor para decir las cosas, ¿Por qué no decir voy por ti fulano de tal?, ¿Estoy tras tus corruptelas zutano?. Al parecer el remisor del mensaje no era el ciudadano.

También se dio la histórica inscripción de Felipe Arturo Camarena García como candidato único del PVEM. Esta será la primera vez que el partido, ya no tan emergente, coloca a uno de los suyos para competir por el gobierno del estado. Felipe Arturo habla de lo que sabe, es un hombre con basta experiencia en el tema de la seguridad pública y, sin duda, una autoridad en el tema.

Pero se le olvidó evitar hablar al ciudadano. Más allá de la convocatoria “Recuperemos el Rumbo” (por cierto lema de campaña de Éctor Jaime Ramírez Barba cuando compitió por el III Distrito local), envió cifras, datos y pretendió llevar el mensaje a la razón, no al corazón del sujeto. Aunque hizo un reconocimiento tácito del momento de inseguridad que se vive en el estado, no ofreció un ápice de solidaridad con las viudas, viudos o huérfanos o con las familias que han sido tocadas por las balas de la delincuencia. Fueron números, no personas a quienes habló.

Por último la maestra Bertha Solórzano Lujano se inscribió el domingo como candidata de Nueva Alianza al Gobierno estatal. Su discurso fue una convocatoria: vamos juntos, vamos por el proyecto, vamos a enarbolar, justicia, igualdad, certeza y paz social fueron las palabras ancla en su mensaje.

Sin duda la profesora de educación primaria tiene claridad para la comunicación. Volteó a ver más allá de la masa y observó personas. Un momento que se vuelve interesante porque sin estridencias, logró conectar con la audiencia sin convocar al enojo, al discurso violento y al levantamiento contra nadie para hacer valer su voz.

Todavía no inician las campañas políticas, pero quienes sabían que llegaba este momento, evitaron o más llanamente, olvidaron al ciudadano. Es la primera vez que se comunican ya como candidatos, si, pero la primera impresión es la que cuenta. Así las cosas.