Lo normal entre dos titanes del sector tecnológico como Steve Jobs y Bill Gates era que durante muchos años mantuvieran una encarnizada rivalidad.
Y así fue. Solo que los dos se dieron muestras continuas de respeto mutuo, hasta que el vínculo se rompió con el fallecimiento de Jobs en 2011.
Sin embargo, hubo un aspecto en la personalidad del desaparecido cofundador de Apple que el rostro más visible de Microsoft nunca ha dejado de admirar, convirtiéndose, según sus propias palabras en una entrevista esta semana con The Wall Street Journal, en motivo de envidia.
Según lo trascendido en esa conversación, el ex CEO de Microsoft y uno de los hombres más ricos del planeta tuvo que trabajar muy duro para mejorar sus aptitudes como orador público; un renglón en el que reconoció que Jobs lo derrotó fácilmente.
“Steve Jobs siempre fue más natural en eso”, aseguró en referencia a una habilidad que, dice, le permitía vender cualquier tipo de producto, aunque fuera de baja calidad.