PfizerGate: la farmacéutica promovía la vacunación afirmando que servía para detener la transmisión sin haber hecho ensayos clínicos

La compañía aseguraba que las vacunas conseguirían la inmunidad colectiva y evitarían la transmisión de la enfermedad.

Ahora que se ha dado a conocer en sede parlamentaria, en el Parlamento Europeo, que la compañía Pfizer nunca realizó ensayos clínicos sobre la eficacia de las vacunas contra la covid ante los contagios, muchos han salido a defender a la compañía farmacéutica.

Lo hacen argumentando que «desde el principio se supo» que la vacunación no prevenía el contagio ni la transmisión, y que, en realidad, las vacunas servían para evitar cuadros graves y muertes por la covid.

Una afirmación que, de ser cierta, no tendría sentido ante las restricciones realizadas para las personas no vacunadas. Porque, en este caso, si desde el principio hubiera estado claro para todo el mundo que las vacunas no evitaban contagios ni infecciones, lo lógico habría sido recomendarlas para la protección individual, como decisión personal, pero no alentando su aplicación para «proteger a los otros», para «salvar la vida de los demás».

Además, desde el primer momento, ya hubo expertos que señalaron que las vacunas no estaban resultando eficaces según los primeros datos que se iban obteniendo al aplicarlas ya en la población: ni evitaban contagios, ni la inmunidad era duradera, pero seguramente tampoco evitasen cuadros graves ni muertes, según señalaba Peter Doshi en un editorial publicado en BMJ.

 

La reacción que está habiendo ante la afirmación en sede parlamentaria por parte de la Señora Small, directiva de Pfizer, ante la pregunta del diputado holandés Robert Roots, está dando la vuelta al mundo y está siendo considerada un escándalo. La directiva reconoce que, la velocidad de la ciencia se tuvo que adaptar a las necesidades del mercado y por ello no hicieron ensayos previos a ser puesta a disposición del público en lo que a transmisibilidad se refiere.

Sin embargo, en enero de 2021, recién comenzada la campaña de vacunación, la propia compañía alentaba a la vacunación para «obtener la inmunidad colectiva y detener la transmisión». Lo señalaban como una máxima prioridad de la farmacéutica. Afirmaban también que había «mucho trabajo por delante» y que su enfoque «está en apoyar los puntos de vacunación, ya que es clave para aumentar el volumen de personas vacunadas todos los días».

Esta afirmación vincula la necesidad de vacunar a la población para evitar tranmisión y alcanzar inmunidad colectiva. Dos elementos que las vacunas han demostrado no cumplir, y además, una afirmación que basándonos en las afirmaciones de Mrs. Small ante el Parlamento Europeo, se podrían calificar de «falsas» o engañosas».